Una historia de fe y sacrificios. la vida de los jovenes seminaristas
Quienes eligen convertirse en sacerdotes toman una decisión difícil y trascendental en el mundo de hoy. Es una elección valiente, que trae preguntas incómodas, grandes renuncias y señalamientos. Sus voces se escuchan en los pasillos. Están murmurando. Apenas se reconoce el eco de lo que hablan. Es un día gris típico de Bogotá. El lugar es inmenso y con mucha historia. Son jóvenes. Es jueves. A pocas cuadras de allí está una de las zonas de fiesta y de vida nocturna más activas de la ciudad. Cada vez que cruzan por el templo, se arrodillan y se dan la bendición. Desde hace dos años, su casa es el Seminario Mayor, o Seminario Conciliar, ubicado en el norte de la capital. Es una institución que pertenece a la Arquidiócesis de Bogotá y con más de un siglo de historia. Allí viven seminaristas que desean convertirse en sacerdotes, una decisión que pocos toman en la actualidad, sobre todo porque el proceso puede tomar hasta casi una década. Juan David Carrillo tiene 22 años. Estaba estudiando