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Mostrando las entradas de abril, 2022

DIOS TIENE UN LLAMADO EN TU VIDA...

Estoy aquí para decirte que cuando Dios tiene un llamado divino en tu vida, Él se involucra en la situación y resuelve tus problemas y esta contigo cada paso del camino. Nunca te deja solo. Es más, antes de tú llegar, ya Él llegó. Antes de tú pasar por el camino, ya el pasó y limpio el terreno para que tu visión sea amplia, grande, sin arbusto que estorben el tú ver la tierra prometida antes de poseerla. En Lucas 5, la Biblia dice que había tanta gente interesada en lo que Jesús estaba diciendo que presionaron contra él hasta empujarlo a la orilla del agua. Pero Jesús no dejó de predicar, lo que hizo fue que vio una oportunidad no solo de salvar a las almas de las personas que lo presionaban, sino también de salvar a Simon Pedro de no perder su llamado. Dias anteriores, Jesús había llamado a Simon Pedro a seguirlo y él lo había hecho. Pero luego volvió a sus negocios, volvió a la pesca. Jesús estaba a punto de repetirle el llamado. De darle una nueva oportunidad. Pero antes de hacerlo,

Daniel propuso en su corazón

Este fin de semana estuve leyendo el libro de Daniel y aprendiendo mucho de este siervo de Dios. Cuando el rey de Babilonia sitió a Jerusalén, pidió “muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer, enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey” Daniel 1.4 (Reina-Valera) Así que Daniel tenía todas estas características, y junto con Ananías, Misael y Azarías, de la tribu de Judá, fueron elegidos para ser enseñados sobre la cultura de los caldeos. El problema se presentó cuando les demandaron a los jóvenes hebreos comer y beber de acuerdo con las costumbres paganas. Pero hay algo que me llama la atención, en el versículo 8 leemos: “Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse”. Fíjate que en esta ocasión Daniel no oró para saber la voluntad de Dios ni para saber

LE PIDO A DIOS QUE TE SUPLA TODO LO QUE NECESITAS

A Dios le agrada suplir tus necesidades físicas y económicas. La Biblia da tantos ejemplos de esto que te estoy diciendo. En la oración que conocemos como "El Padre nuestro" Jesús incluye una petición "danos hoy el pan de cada día". Y es que nuestro Padre Celestial desea que nosotros le pidamos por cada una de nuestras necesidades físicas y materiales. No es malo y no es pecado pedirle al Señor por un automóvil, por una casa, por la ropa de nuestros hijos, por un buen trabajo, por un mejor trabajo, en fin, cada una de nuestras necesidades y deseos. “Dios nunca cambia. Fue Dios quien creó todas las estrellas del cielo, y es quien nos da todo lo bueno y todo lo perfecto” (Santiago 1:17). "Así que, primero busca el reino de Dios y su justicia, y se te dará todo lo que necesitas" (Mateo 6:33). Toma un día a la vez y confía tus necesidades al Señor. ¿Has estado buscando trabajo últimamente? Encomienda tu necesidad al Señor y pídele que te guíe en esa búsqueda.

TEN FE: TUS OJOS VERÁN LA GLORIA DE DIOS

Puedes estar pasando por problemas en tu vida hasta sentirte que tu corazón desfallece pero aun así alabas a tu Padre, aún así te sostienes del invisible, porque tú sabes que tu Redentor vive, tú sabes que tú no sirves a un Dios de yeso ni a un Dios de madera, tú sirves a un Dios vivo, a un Dios que pase lo que pase todavía está sentado en su Trono. Tú no le sirves para que otros te vean servirle. Le sirves cuando te están viendo y también cuando nadie te ve. Hoy confiesas con tu boca que tu victoria no esta en ti ni en tus fuerzas, ¡tu victoria está en el Dios Soberano en quien has creído! Tu victoria está no en un presente dudoso pero en un futuro cierto y seguro. Tú eres débil, pero Él es fuerte. Tú eres imperfecto, pero Él es perfecto. ¡Y un día tus ojos lo verán! Un día tus ojos lo verán cara a cara y nada ni nadie te lo podrá impedir. . .un día le adorarás como ningún otro día porque le verás por ti mismo, y para ti no hay consuelo mayor que este, ¡poder ver a tu Señor! ¿Te imagi