TE SIENTES DECEPCIONADO/A POR ALGUIEN O ALGO?

Realmente son muchas las decepciones que uno se lleva a través de la vida, y las que suceden dentro de la Iglesia no son la excepción. Uno ve a pastores que trabajan hasta el cansancio por ser de bendición a las personas, y en el más mínimo descuido esas mismas personas que uno ha servido por años nos quieren destruir y maltratar sin compasión. 

También, vemos a lobos que se disfrazan de pastores y quieren controlar las vidas de las ovejas, exigiéndole que le cuenten todo, hasta si van a comprar un carro. Y vemos a las personas siendo humillados y siguiendo en el mismo lugar para que los sigan humillando como si no fueran libres de levantarse e irse. Y es que se vuelven prisioneros ellos mismos en su mente. 

Por eso mi consejo siempre ha sido que no hagamos las cosas para complacer al hombre ni para quedar bien con nadie. Todo lo que hagamos debemos de hacerlo para Dios sabiendo que tarde o temprano a quienes ayudamos hoy lo más probable es que nos den un fuerte golpe en algún momento. 

No digo estas palabras con amargura, sino como un consejo que muchos necesitan oír para no ser manipulados por nadie. Porque esta vida es solo una, nadie re-encarna, eso no existe (Hebreos 9:27). Y luego de esta vida viene la verdadera vida, la que es para la eternidad, y quien cuenta en esa vida real es Dios. 

No te olvides de sacar tiempo para ti y para tu familia. No hay nada de malo ni de pecado que también te ocupes de ti. Dios quiere que tú seas feliz. Al final del día siempre te van a criticar por algo. Sacude el polvo de tus sandalias y sigue hacia adelante con la mirada en el Señor. Entre más explicaciones des peor es. Vive, se feliz, y si te quieren criticar, que te critiquen, que eso no te quite la paz que Cristo te ha dado. Te aseguro que si ignoras este consejo en algún momento de tu vida, lo vas a lamentar. 

La única persona responsable de tu felicidad eres tú mismo. Ya Dios te dio la oportunidad de ser feliz y para ello hay que aprender a oír menos a los de afuera y más al único que vive dentro de ti, al Espíritu Santo. No vivas tan preocupado por todo ni tan afanado por el futuro. 

Se responsable, pero no te olvides de vivir el día de hoy. Ser feliz no es tan difícil cuando dejamos de depender de la gente. Yo veo a las personas atarse tanto, con lo que dice el pastor, con lo que dice el jefe en el trabajo, con lo que dijo la amiga, con lo que pensó el amigo, el hermano. Y siempre tienen que estar dando tantas explicaciones. Con razón es que no pueden ser felices. Se complican por gusto. Y uno le dice cómo superar eso, pero prefieren seguir en lo mismo que darse uno oportunidad de disfrutar la vida. 

No tengas miedo de si alguien se va. Si uno se va, Dios trae otro. No tengas miedo si por ser feliz pierdes algo, porque si haces eso entrarías en un chantaje emocional. Recuerda, ser feliz no es tan difícil, es una decisión en la que entiendes que nunca podrás complacer a todos, pero si puedes concentrarte en complacer a uno solo, a Dios. 


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