NO VIVAS TRATANDO DE SER COMO OTRA PERSONA

No vivas tratando de ser como otra persona. 

Ten tu propia identidad y siéntete único/a. Dios te hizo único/a.

¿Sabes cuántas personas pierden años de felicidad tratando de alcanzar lo que otro alcanzó, tratando de estudiar lo que otro estudió, tratando de pensar como otros piensan para caerles bien?

Te voy a dar un ejemplo bíblico y le pido al Señor que abra tus ojos para que dejes de tratar de ser como otro y seas tu misma persona, eso multiplicará tu felicidad.

El rey David en la Biblia es un gran ejemplo de alguien que no permitió que la tentación de imitar a otra persona lo superara. En 1 Samuel 17, antes de sentarse en el trono como rey, David siendo un joven pastor se dirigió a ver a sus hermanos en la batalla contra los filisteos. Mientras estaba en el campamento, escuchó al gigante filisteo Goliat profanar el nombre del único Dios verdadero de Israel. David se dio cuenta de que los hombres de Israel estaban paralizados por el miedo. No tomaron medidas para detener tal aberración, así que David decidió hacerlo él.

David le dijo al rey Saúl que él lucharía contra el gigante filisteo. Saúl por su parte le dijo que el gigante era un veterano de muchas batallas y que él (David) era solo un niño:

--No puedes salir contra este filisteo y pelear con él; eres sólo un hombre joven, y él ha sido un guerrero desde su juventud (1 Sam. 17:33).

David le respondió explicándole que él había aprendido a proteger a las ovejas de su padre de los leones y osos con su honda. Saúl aceptó dejar que David peleara con la condición de que usara su armadura. Pero cuando David se probo la armadura del rey Saúl esta no encajaba porque fue diseñada para el rey Saúl, no para David. ¿Entiendes? Si has tratado de ser como otra persona y te sientes que todo ha sido un fracaso, no es tu culpa, es que estas tratando de luchar en esta vida con la armadura de otro y no con la tuya.

Dios le dio a David exactamente lo que necesitaba: una piedra y una honda. David derrotó al gigante mucho antes de que él luchara cara a cara. Dios había estado moldeando a David en la persona que él quería que fuera. David derrotó al gigante no tratando de usar la armadura de Saúl, sino siendo él mismo y usando la armadura que Dios le dio.

Se tu propia persona, no lamentes lo que ya pasó, hoy es tu nueva oportunidad.

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