Cómo Aumentar tu Amor por Dios?

Tenemos que admitir que aunque amamos a Dios, quizás no lo amamos como deberíamos, como dice la Biblia: con todas nuestras fuerzas.

Sin embargo, en nuestra relación íntima con Dios, es precisamente nuestro amor por Él que nos fortalece con una fe inquebrantable. Así que nuestra fe y nuestra relación personal con el Señor van juntas de la mano.

Nuestro Señor es consciente de que nosotros mismos no somos capaces de amarlo con la fuerza que Él merece. En 1 Juan 4:19 podemos ver que nuestro amor por Dios se origina en Dios mismo:

"Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero."

No hay nada que nos enamore más que sentir el amor genuino de alguien por nosotros. Dios es la fuente real de nuestro amor por él. Él nos amó primero y nos infundió con Su amor. Infundir significa llenar, impregnar, incluso empapar. ¡Estamos siendo empapados del amor de Dios! Ahora bien, el amor de Dios en nosotros es el amor con el que podemos amarlo a Él a cambio.

Cada mañana al despertarnos estamos empapados del amor de Dios que nos regala un día más de vida. Cada buena cosa que nos sucede durante el día, son besos del Señor bendiciendonos. Cada oración contestada es un abrazo de su Espíritu Santo.

El amor no es simplemente un sentimiento. Dios es amor. Al Dios ser amor, todas sus acciones van acompañadas de amor, porque es su naturaleza. Así como Dios es eterno, así como Dios es todopoderoso, así también Dios es amor. No puede ser una cosa sin ser la otra.

Él demostró Su amor por nosotros al máximo al hacerse hombre y morir en la cruz. Entre más nosotros nos abrimos a recibir el amor del Señor en nuestras vidas, más deseamos amarlo. De esa forma, dejamos de buscar a nuestro Padre Celestial solo para que nos solucione los problemas y comenzamos a añorar más de su Presencia, de su conversación, de su amistad. Entre más lo amamos, más nos gusta descansar sobre su pecho.

Un cordial abrazo,