Dios Hizo Todo Esto Para Estar Contigo: Un Encuentro con Su Amor

Conocer a Dios es entender la magnitud de Su amor, un amor que lo llevó a rebajarse a nuestra pequeñez para estar con nosotros, para hacernos compañía. La mayor prueba de este amor es cuando Cristo “no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres… se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses 2:5-8). Este acto nos recuerda que Dios no está distante ni alejado, sino que vino a nosotros de una manera personal y cercana.

Jesús te conoce mejor que nadie, y esa cercanía se refleja en la promesa que Él mismo nos hizo: “Te aseguro que estaré contigo siempre, todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20). Es una promesa que nunca romperá, una certeza de Su compañía en cada momento de nuestras vidas.

La promesa de Su presencia
Además, Jesús nos aseguró que cuando nos reunimos en Su nombre, Él está allí con nosotros. En Mateo 18:19-20, leemos: “Les aseguro que si dos de ustedes se ponen de acuerdo, aquí en la tierra, para pedirle algo a Dios que está en el cielo, él se lo dará. Porque allí donde dos o tres de ustedes se reúnan en mi nombre, allí estaré yo.” Esto es una invitación a la comunidad, a la oración en conjunto, sabiendo que Su presencia nos acompaña siempre.

Si hoy te encuentras en un momento de dificultad, donde necesitas sentir esa compañía divina, no dudes en buscar a alguien con quien orar. ¡Dios prometió estar presente donde dos o tres se reúnan en Su nombre! En Mensajes Sabatinos: La Presencia que Nunca Falla, exploramos más sobre cómo la oración y la comunión con otros creyentes fortalecen nuestra relación con Dios.

La verdadera obediencia nace del amor
El amor a Dios se demuestra a través de la obediencia, no como una carga, sino como una respuesta natural al amor que Él nos ha mostrado. En Juan 14:21-23, Jesús dice: “El que me obedece y hace lo que yo mando, demuestra que me ama de verdad. Al que me ame así, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y le mostraré cómo soy en realidad.”

Dios anhela habitar contigo, vivir en tu corazón y guiarte cada día. Él no se reserva Su presencia para unos pocos; más bien, Su deseo es estar con todos aquellos que lo buscan con sinceridad. En Amigo de ese ser supremo en el cual crees y confías: Una Relación de Amor y Obediencia, profundizamos en cómo la obediencia que nace del amor transforma nuestra relación con Dios.

El legado del Espíritu Santo
Jesús no solo prometió Su compañía, sino que también nos dejó al Espíritu Santo como nuestro consolador, guía y fuente de paz. Romanos 5:1 nos recuerda: “Dios nos ha aceptado porque confiamos en él. Esto lo hizo posible nuestro Señor Jesucristo. Por eso ahora vivimos en paz con Dios.” A través del Espíritu Santo, podemos experimentar la paz que sobrepasa todo entendimiento, una paz que nos sostiene en cualquier circunstancia.

El Salmo 14:2 dice que “Dios, desde el cielo, mira a hombres y a mujeres; busca a alguien inteligente que lo reconozca como Dios.” Dios está buscando corazones que lo amen y lo obedezcan, no por obligación, sino por amor. Esta es la esencia de la relación que Él quiere tener contigo: una relación en la que Su amor te transforma, te guía y te llena de paz.

Conclusión
Dios ha hecho todo esto para estar contigo. A través de Su amor, Su sacrificio y Su Espíritu Santo, Él te ofrece Su compañía eterna. No importa cuál sea tu situación hoy, busca a Dios, confía en Su promesa de estar siempre a tu lado y recibe el regalo inmerecido de Su amor y Su paz.

Llamado a la acción
Te invito a experimentar más de la presencia de Dios en tu vida, a través de la oración, la comunión y el estudio de Su Palabra. Únete a nuestras comunidades para seguir creciendo en tu relación con Dios:

Visita también nuestros blogs para profundizar en temas de fe:


Comentarios

Entradas más populares de este blog

LA BIBLIA ES PLAGIO Esto no les va a gustar y se ofenderan conmigo.

Cuál es el momento más importante de la Eucaristía?

Renovación Espiritual: Encontrando Fuerzas en la Presencia de Dios