Lo que Dios pide de nosotros…
Lo que Dios Pide de Nosotros: Amor y Obediencia
Dios nos revela en Su Palabra lo que verdaderamente espera de nosotros. A través de Oseas 6:6, dice: “Lo que pido de ustedes es amor y no sacrificios, conocimiento de Dios y no holocaustos.” Esta petición expresa el deseo de Dios de una relación basada en amor y comprensión genuina, no solo en prácticas religiosas externas. Dios busca nuestro corazón y nuestra entrega sincera, porque el verdadero sacrificio que le agrada es un corazón rendido a Su voluntad.
Jesús mismo fue el ejemplo perfecto de obediencia y amor. En Hebreos 10:5-7, leemos:
“Pero me has dado un cuerpo para ofrecer… Aquí estoy, oh Dios; he venido a hacer tu voluntad.” Jesús nos mostró que el camino hacia Dios no se basa en sacrificios rituales, sino en una vida de entrega total. Al venir al mundo, Él renunció a Sus privilegios divinos para cumplir el plan de salvación y mostrar el amor de Dios de una manera tangible. Filipenses 2:5-11 nos recuerda cómo Jesús, siendo Dios, “se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz.” Por esta razón, Dios lo exaltó y le dio el nombre sobre todo nombre, para que toda rodilla se doble ante Él. Este acto nos enseña que nuestra relación con Dios debe ser de humildad, obediencia y amor.
Una carrera de perseverancia y fe
Como creyentes, se nos anima a imitar el ejemplo de Jesús y a “quitar todo peso que nos impida correr… y correr con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante” (Hebreos 12:1-2). Enfocar nuestra vida en Jesús, quien perfecciona nuestra fe, nos ayuda a vivir según el propósito de Dios. A través de nuestras acciones y pensamientos, podemos vivir en Su voluntad, siguiendo Su ejemplo de entrega.
Dios nos pide más que rituales; nos pide un sacrificio de alabanza, el fruto de labios que confiesan Su nombre y un corazón que hace el bien y comparte con otros. Hebreos 13:15-16 expresa esta verdad al decirnos que los sacrificios que agradan a Dios son aquellos que reflejan amor y servicio hacia los demás.
Presentarnos como un sacrificio vivo
Pablo, en Romanos 12:1, nos exhorta: “Por las misericordias de Dios, que se presenten ustedes mismos como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. ¡Así es como se debe adorar a Dios!” Este llamado es a vivir cada día como una ofrenda, dedicándonos a Dios en cada acción, pensamiento y decisión.
Al reflexionar sobre lo que Dios pide de nosotros, encontramos un llamado a una vida transformada por el amor y la obediencia. En lugar de sacrificios externos, Dios desea una entrega sincera y un compromiso de vivir en Su voluntad, basándonos en el ejemplo de Cristo.
Conclusión
Dios nos pide una relación basada en amor, humildad y obediencia. Él no busca grandes sacrificios, sino un corazón rendido y dispuesto a hacer Su voluntad. A través de la entrega diaria y la fe, podemos vivir en una comunión que agrada a Dios y nos transforma.
Llamado a la acción
Te invito a entregar tu vida a Dios con una fe viva y comprometida. Si deseas compartir tu experiencia o necesitas apoyo espiritual, únete a nuestras comunidades:
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