Dios Está Contigo y Con Su Poder Te Salvará


Hoy quiero recordarte que Dios, nuestro Padre celestial, está contigo en cada paso. Él es tu refugio y tu fortaleza, envolviéndote con su protección y amor. No hay día ni circunstancia que escape de su presencia; Dios, como un muro de fuego, se mantiene fielmente a tu lado. Zacarías 2:5 nos dice: “Yo seré para ti, dice Jehová, muro de fuego en derredor, y para gloria estaré en medio de ti.” Este muro divino no solo representa protección física, sino también una seguridad espiritual que supera toda comprensión.

Aunque puedas sentir momentos de soledad o enfrentar situaciones difíciles, recuerda las palabras de Isaías: “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida” (Isaías 49:15-16). Estas palabras son una promesa eterna de que somos vistos, amados y sostenidos. En el amor de Dios, estamos grabados, y su cercanía es una constante.

Este amor divino no se limita a palabras; es un amor que nos envuelve con alegría y con poder para salvarnos. Sofonías 3:17 afirma que Dios se regocija con cantos de alegría por cada uno de nosotros. Este gozo que Él experimenta no es solo por lo que hacemos, sino por quienes somos. En medio de nuestras luchas o victorias, el Señor nos celebra y renueva nuestras fuerzas.

Isaías 43:3-4 nos recuerda que somos tan valiosos para Dios que pagó un alto precio por nosotros, para que podamos ser parte de su pueblo. Este precio refleja el amor inmenso e incondicional que tiene, y al confiar en esta verdad, podemos caminar con esperanza y sin miedo, sabiendo que su mano poderosa está sobre nosotros.

Jesús mismo nos invita a permanecer en este amor. En Juan 15:9 y 16:27, declara: “Como el Padre me ha amado, así también yo te he amado; permanece en mi amor. Pues el Padre mismo te ama, porque tú me has amado, y has creído que yo salí de Dios.” Así, el amor de Dios se convierte en nuestra ancla y en la fuente de toda paz. Él no solo nos protege, sino que nos invita a experimentar su amor en cada instante.

Hoy, que este amor divino inspire nuestro corazón y nos lleve a dar gracias como el salmista:

“Te daré gracias, Señor, de todo corazón;
te cantaré himnos delante de los dioses.
Me arrodillaré en dirección a tu santo templo
para darte gracias por tu amor y tu verdad,
pues has puesto tu nombre y tu palabra
por encima de todas las cosas.
Cuando te llamé, me respondiste,
y aumentaste mis fuerzas.” (Salmo 148:1-3)

Dios está contigo, te ama profundamente, y con su poder te salvará. Cada día, cada oración, es un recordatorio de su presencia y amor en nuestras vidas. Hoy, y siempre, permanece en su amor y deja que Él sea tu fortaleza y refugio.

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