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CÓMO TRATAR CON GENTE QUE HABLA MAL DE TI

Nadie te puede detener si tú no se lo permites. Recuerda que con la gracia de Dios, todo se puede.  En el camino de la vida, hay mucha gente negativa, chismosa, mal intencionada, y sobretodo, envidiosa.  Si te detienes a tratar de convencer a gente así, lo único que vas a lograr es entrar en contiendas inútiles. El que piensa mal de ti, seguirá pensando mal de ti porque el problema no eres tú, es la persona; ese tipo de persona tarde o temprano tiene problemas con todo el mundo.  Si te preocupas por el que dirá la persona a quien le hablen mal de ti, también es una pérdida de tiempo. La persona que te quiere, no importa lo que le digan, te seguirá queriendo, y el que se dejó convencer, o vendrá a la verdad tarde o temprano por el mismo peso de la vida, o nunca te amo. 

No importa qué has hecho, Dios está contigo y lo demuestra

Una vez, los israelitas, en su rebeldía, le pidieron al profeta Samuel un rey para que los gobernara. NO querían ser menos que las demás naciones. Dios accedió a esta petición, pero los israelitas luego reconocieron que se habían alejado de Dios, y le solicitaron a Samuel que interceda por ellos ante Dios. Samuel les contestó lo siguiente, y es algo que se aplica a tu vida, no importa tu condición, pues también eres hijo de Dios y heredero de Sus promesas: “No tengan miedo. Aunque han hecho mal, no dejen de obedecer y amar a Dios; al contrario, sírvanle de buena gana y no adoren a esos ídolos huecos y vacíos que no pueden hacerles bien ni ayudarlos. Dios no los rechazará a ustedes, pues quedaría mal ante los otros pueblos. Además, él quiso que ustedes fueran suyos. Ustedes saben bien todo lo bueno que Dios ha hecho por ustedes. Por eso, obedézcanlo y sírvanle siempre de buena gana.” 1 Samuel 12: 18-24  “Torre fuerte es el nombre de Jehová; A él correrá el justo, y será levantado.” ...

La perfecta paz que vence las preocupaciones

En estos días de turbulencia financiera y falta de trabajo, es muy fácil preocuparse. Jesús, nuestro amigo fiel, nos conoce mejor que nadie. Él conoce nuestra tendencia a impacientarnos por aquello que no podemos controlar. Por eso Él dijo (y te lo recuerdo en este día): “No vivan preocupados pensando qué van a comer, qué van a beber o qué ropa se van a poner. ¿Acaso la vida consiste sólo en comer? ¿Acaso el cuerpo sólo sirve para que lo vistan? Miren los pajaritos que vuelan por el aire. Ellos no siembran ni cosechan, ni guardan semillas en graneros. Sin embargo, Dios, el Padre que está en el cielo, les da todo lo que necesitan. ¿Acaso no son ustedes más importantes que ellos? ¿Creen ustedes que por preocuparse vivirán un día más? Aprendan de las flores que están en el campo. Ellas no trabajan para hacerse sus vestidos. Sin embargo, les aseguro que ni el rey Salomón se vistió tan bien como ellas, aunque tuvo muchas riquezas. Si Dios hace tan hermosas a las flores, que viven tan poco t...

Una religión sin Dios

Lo que la humanidad requiere ahora es una religión —¿unas religiones?— sin Dios, de esos cuya camiseta trae impresa una D mayúscula y se dedican a pedir adoración y plegarias, a vengarse, a discriminar contra pueblos y géneros, a exigir que la gente se prepare para un más allá que nadie ha demostrado que existe. Ya, pero ¿entonces por qué, señor columnista? Pues porque si algo han demostrado las religiones con el tiempo es su persistencia y efectividad. El cristianismo se llevó de calle al Imperio Romano y después impuso condiciones en Europa durante siglos; el Islam, nacido en el desierto, se regó por el mundo y llegó hasta la India; incluso la bastante minoritaria religión judía acompañó en la diáspora a la gente durante 2.000 años tras lo cual logró instalar de nuevo a Israel como potencia regional importante en el Medio Oriente. El marxismo, en su versión estalinista, se tomó a Rusia, el país más extenso del mundo. Luego se apoderó de China, el más poblado. Y así. Doy un salto a un...

4 cosas que Dios pide de ti

En Deuteronomio capítulo 10 leemos cómo Moisés estuvo en el monte Horeb cuarenta días y cuarenta noches, orando a Dios para que no destruyera su pueblo rebelde. Moisés finalmente dice: “Y él (Dios) me escuchó, pues no los destruyó. Al contrario, me pidió que me preparara y los guiara a conquistar la tierra que él prometió dar a los antepasados de ustedes”. A continuación comparto contigo lo que Dios habló a Su pueblo en aquel día, todavía muy vigente para el día de hoy: “¿Qué espera Dios de ustedes? Simplemente que lo respeten y obedezcan, y que lo amen y adoren con todo su ser. Dios espera que ustedes obedezcan todos sus mandamientos, para que les vaya bien. Nuestro Dios es dueño del cielo y de la tierra, y de todo lo que hay en ella. Él pudo elegir a cualquier pueblo de la tierra, pero eligió a los antepasados de ustedes porque los amaba, y los eligió también a ustedes para que hoy sean su pueblo. Pero no sean tercos, ni se olviden jamás del pacto que tienen con Dios. Él es el Dios s...

EL PODER DE TUS PALABRAS

Hay mucho poder en las palabras, se pueden usar para fortalecer, bendecir o para uno auto-destruirse. Las personas que se pasan criticando a otros se están auto-maldiciendo porque con la misma vara que midamos seremos medidos. Esto significa que de todo lo que hayamos acusado a otros, nosotros tendremos que darle muchas cuentas a Dios de cada una de nuestras acciones, y eso es escalofriante, pues es una carga muy pesada. Las personas que elogian a otros sinceramente, se están auto-bendiciendo, pues quien bendice a otros está diciendo palabras de vida y la vida se multiplica ya que es una ley espiritual (Él vino a dar vida y vida en abundancia). Algunas palabras inspiran a que otros se atrevan a desarrollar el potencial que Dios ha puesto en sus corazones. Otras palabras abren los ojos de la verdad y las cadenas que nos han atado por tanto tiempo con mentiras se rompen y somos libres para realizarnos en lo que verdaderamente nos hace feliz. La Palabra de Dios aumenta nuestra fe, nos pro...

ASÍ SOY, Y SOY FELIZ

Me siento realizado, Dios me ha hecho libre. Puedo ser yo, puedo ser feliz. Sirvo a Cristo genuinamente, sin religiosidad. Amo y me aman amigos de verdad, no esos que solo buscan a uno por interés. No juzgo ni condeno a persona alguna. Trato a todos como mi igual, respeto y exijo que se me respete. Busco la forma de acercarme más a nuestro Padre y me gusta ayudar a las personas hacer lo mismo, pienso que lo más grande es la oración a Dios. Soy directo, no pierdo tiempo jugando a agradar a todos porque sé que eso es imposible. Me sacrifico por ayudar a las vidas por quienes Cristo murió. Prefiero estar al lado del humilde, del necesitado, del despreciado, del juzgado, que vivir tratando de agradar a la gente que se cree perfecta y que piensa que los demás son segunda categoría, aunque con sus labios digan lo contrario, pero sus acciones los delatan. Pude descubrir siendo joven lo que otros vienen a conocer cuando se les acaba la vida. Soy feliz con quien quiere ser feliz. Se vivir hoy, ...